El río Guadarrama se convirtió la semana pasada en una trampa para miles de peces. Alertados por un vecino, los guardias forestales acudieron a un tramo del río próximo a la urbanización Molino de la Hoz (Las Rozas) y encontraron una tonelada de barbos muertos flotando en el agua. Ahora analizan el agua y los animales (de más de medio kilo de peso y casi un metro de largo) para investigar las causas de esa mortandad masiva. "Lo más probable es que se deba al calor. En estos días desciende el nivel de oxígeno en el agua y los peces se asfixian", explica Telmo Guerreiro, portavoz del sindicato de agentes forestales (Saftam).
Pero no descartan que la muerte haya sido provocada por el hombre: "La analítica dirá si se intoxicaron por un vertido. No se puede descartar nada", apunta Guerreiro.
También barajan la posibilidad de que el calor haya reducido el caudal del río o que, durante su desplazamiento natural, se haya producido una aglomeración de peces.
Pero no descartan que la muerte haya sido provocada por el hombre: "La analítica dirá si se intoxicaron por un vertido. No se puede descartar nada", apunta Guerreiro.
También barajan la posibilidad de que el calor haya reducido el caudal del río o que, durante su desplazamiento natural, se haya producido una aglomeración de peces.
Un "punto negro" de contaminación "La hipótesis de la muerte por contaminación no es descabellada", apunta M. Ángel Hernández, portavoz de la Plataforma Río Guadarrama. Todos los años se producen allí muertes masivas de peces: "El Guadarrama es un punto negro, tiene una elevada carga contaminante".
Según los ecologistas, el origen de estos vertidos está en "las urbanizaciones, que no depuran bien sus desechos".
Extraido de 20.imutos.es
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